En una época en la que la producción de contenido digital es constante y accesible, es fundamental que los creadores de este tipo de material conozcan sus derechos sobre lo que comparten. Luis Diez Canseco, decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Humanas de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), explica los aspectos esenciales del derecho de autor en el país, sus alcances y los mecanismos disponibles para proteger legalmente las creaciones digitales, desde textos y diseños, hasta obras audiovisuales.
Contenido con protección legal. Los derechos de autor amparan cualquier contenido original creado por una persona. Esto incluye obras literarias, composiciones musicales, diseños, fotografías, videos y producciones audiovisuales que suelen formar parte del entorno digital. En este ámbito, eso puede significar, por ejemplo, un reel original que combina edición, música y guion propio o el diseño de un logo creado desde cero para una marca personal.
Obras protegidas por la ley. Toda creación que posea originalidad y refleje el esfuerzo intelectual del autor está protegida. No se requiere complejidad técnica ni artística, pero sí debe tratarse de una obra única, no copiada ni derivada de otras. El derecho de autor reconoce el carácter distintivo que surge del estilo y la personalidad del creador.
En el entorno digital, esto puede verse reflejado en un podcast con contenido propio, un blog personal con reflexiones originales, un video corto en TikTok con narrativa creativa, una serie de historias en Instagram con guion propio o una animación diseñada desde cero. Lo importante es que la obra lleve un sello personal y no sea una réplica de lo ya existente.
Derechos morales y patrimoniales. El autor de una obra cuenta con dos tipos de derechos:
- Morales: garantizan que su obra no sea modificada, mutilada o alterada sin su consentimiento.
- Patrimoniales: permiten transferir, vender, licenciar o negociar económicamente el uso de la obra. Estos derechos convierten la creación intelectual en un activo que puede generar beneficios. Esto puede incluir desde la venta de una ilustración para redes hasta la licencia de uso de una canción original para campañas comerciales o contenido de terceros.
Registro en Indecopi. Aunque la protección existe desde la creación, registrar la obra en Indecopi otorga una constancia oficial con fecha cierta, lo que facilita su defensa legal en caso de conflictos. El registro no es obligatorio, pero sí altamente recomendable como medida preventiva.
Qué hacer ante el uso no autorizado. Cuando una obra es reproducida, utilizada o difundida sin el permiso del autor, este puede iniciar un procedimiento por vulneración de derechos de autor ante Indecopi. Si se comprueba una falta, se ordenará el cese inmediato del uso indebido y se podrá imponer una sanción al responsable.
Uso legal de obras ajenas. Para utilizar contenido de terceros, como imágenes, textos, música u otros elementos, se debe contar con la autorización expresa del titular. Esta autorización debe formalizarse mediante un contrato que especifique la obra, el tiempo de uso, el alcance permitido y la compensación económica, si corresponde.
Licencias como mecanismo de protección. Las licencias son contratos que permiten a un tercero utilizar una obra protegida bajo condiciones específicas: tipo de uso, duración y, en muchos casos, el pago de una contraprestación o royalty. Este mecanismo permite compartir el contenido legalmente sin perder el control sobre él.
“Recuerda que tu creación, sea un video, una canción, un diseño o cualquier contenido original, tiene valor, y está protegido desde el momento en el que lo haces. Conocer tus derechos no solo te permite defenderte, también te da herramientas para compartir tu obra de forma segura y profesional”, señala el decano de la UTP.