Se acaba de publicar No todo se queda en la cancha (Infolectura, 2024), un libro de César Clavijo Arraiza y Ricardo Vera Leyva. Son 58 relatos breves sobre fútbol que trascienden a lo futbolístico con una fina y puntiaguda escritura.
En el libro de Clavijo y Vera, el deporte rey es una buena excusa para repensar la experiencia humana. Las historias que nos presentan ambos autores poco tienen que ver con los encuentros históricos o las estratagemas más audaces fabricadas desde el banquillo. Tampoco son historias basadas en épicas batallas sobre el gramado o el recuento biográfico de los peloteros más brillantes del mundo. Y si en casos contados algunos de los relatos toman esas referencias, son solo eso, referencias de segundo plano.
Pienso que la riqueza narrativa de No todo se queda en la cancha radica en el tratamiento de la anécdota. Clavijo y Vera hacen que la anécdota se vuelva memorable, porque, más allá de la fama o el anonimato de su protagonista, el suceso narrado abre la posibilidad de aproximarse al Otro. El balón y los futbolistas son un pretexto. Se me viene a la mente por ejemplo el relato «Primogénito» (Clavijo) o «Cuestión de fe» (Vera).
La paradoja y el humor son otros medios para el deslumbramiento. Relatos como «Confesión» (Vera) o «Freddy Ternero» (Clavijo) nos dejan la sensación de la contrariedad, de que en la vida –y también en la vida tras el fútbol– a veces ocurren situaciones que en apariencia rebasan la lógica y la probabilidad, para dar paso al contrasentido.