La Libertad: CEFOP cierra sus puertas en Cascas y afecta a jóvenes de bajos recursos

Enriqueta Romero Díaz celebró con alegría indescriptible cuando se probaron los primeros sorbos de vino y puro de uva en una ceremonia protocolar de inauguración del Centro de Formación Profesional (Cefop) – Cascas. Hoy, después de 25 años, deja caer sus lágrimas de tristeza y aún se resiste a creer que el centro de formación y producción, del que fue fundadora, ha cerrado sus puertas para siempre. 

El alambique que producía el aromático y cristalino puro de uva está empolvado, la estrujadora de uva, los alambiques, el sistema de frío y el laboratorio donde se enseñó a producir los mejores vinos de esta provincia está paralizado y bajo llave.

La ingeniera química y docente no resiste explicar razones dentro de ese escenario sombrío. Abandona y prefiere hacerlo al aire libre. “Es lamentable”, dice entre sollozos, mientras se repone y busca ocultar su tristeza para expresar con optimismo que buscarán reflotarlo desde el instituto tecnológico Manuel Díaz Murrugarra, donde actualmente enseña tecnología de alimentos.

Recuerda que gracias al Cefop reforzó su especialidad en la preparación de vinos mediante una pasantía de 35 días por escuelas de Ciencia y Arte de Producir Vinos (Enología) en Madrid, Jumilla, Barcelona, Villafranca – Cataluña del Panadés. Toda esa experiencia fue replicada en la formación de los jóvenes casquinos.

El referido instituto cedió sus instalaciones para el funcionamiento del Cefop – Fe y Alegría 57 y como ahora intenta licenciarse solicitó a sus inquilinos desocupar sus ambientes. Lo grave del hecho es que, tanto autoridades como a instituciones le restaron importancia al cierre del Cefop.

DE CACHINA A VINO FINO

Enriqueta confirma que el Cefop le cambió la vida a la población de Cascas. Hasta 1998, en la zona se consumía masivamente un licor artesanal denominado “Cachina” que se obtenía de la fermentación de la uva sobrante de la cosecha. Con la llegada del Programa de Ajuste Social y Estructural (Pase), un proyecto financiado por la Unión Europea, crea el Cefop para dar oportunidad de formación técnica a jóvenes que no concluyeron educación secundaria. La visión era transformar zonas productivas en verdaderos polos de desarrollo, entre ellos, ubican Cascas como zona productora de uva.

Jaime Plasencia Castillo, actual director del Instituto Manuel Jesús Díaz Murrugarra, es otro fundador del Cefop – Cascas, también lamenta el cierre del Cefop y comenta que gracias a esta institución se tecnificó el cultivo de la vid e industrializó. Como representante del Cefop fue enviado a Chile, a fin de conocer el manejo y tecnología en el cultivo de la uva. También es consciente que la trasformación que experimenta Cascas en el cultivo, así como en la producción de vinos y aguardiente de uva (Puro de uva) se debe al trabajo formativo del Cefop. “Casi todas las bodegas, donde se produce buen vino, son de exalumnos”, dice orgulloso.

Ahora que parte del equipamiento fue transferido al instituto que dirige, abriga esperanzas que con apoyo de las autoridades se vuelva a reactivar la fábrica de vinos que dejó como herencia el centro de formación. 

CON EL CEFOP LLEGA LA TRANSFORMACIÓN

Durante la permanencia del Cefop  – Fe y Alegría 57 en Cascas todos los agricultores y productores fueron capacitados mediante cursos, pasantías y talleres con los profesionales más destacados del país, entre ellos, de Citevidica, Tacama, entre otros.

El actual propietario de vinos “Don Manuelito”, Segundo Iglesias Villalobos, considera que con la llegada del Cefop empezó la transformación de Cascas. “De ser productores de cachina, ahora estamos en condiciones de competir con cualquier vino del Perú y el extranjero”, dice convencido el también ex alumno de la referida institución.

Dice que los formaron como emprendedores y cree que aprendió bien la lección: “Ahora, Don Manuelito” produce más de 20 tipos de vinos, todos con su respectivo registro sanitario. El soporte que nos dio el Cefop fue bárbaro y es una pena que se haya cerrado. Debió continuar para seguir formando nuevas generaciones y seguir innovando en el cultivo e industrialización de la vid”, declara desconcertado Iglesias Villalobos.

MENOR OPORTUNIDAD PARA JÓVENES

Con el cierre de este centro de producción, sin duda son los jóvenes de Gran Chimú que se verán afectados, al ya no tener este centro de formación técnica y que les permitía potenciar sus conocimientos sobre la producción vinícola.

“El Cefop – Fe y Alegría 57 trajo un cambio total en la producción de vinos de primerísima calidad, pues nada que envidiar a los europeos de España. No cabe duda que convirtió a Cascas en un emporio productor de vinos que actualmente genera una gran dinámica económica en beneficio de los casquinos.  Nos apena su cierre”, asegura Juan Luis Díaz Núñez, historiador de Cascas.

El regidor de la Municipalidad Provincial de Gran Chimú, Porfirio Eidonaldo Miranda Castillo, también lamentó el cierre del CEFOP, sobre todo porque los jóvenes de ahora perderán muchas oportunidades.

“Muchos jóvenes de escasos recursos económicos ya no tendrán la oportunidad de adquirir conocimiento, respecto al cultivo e industrialización de la vid con los estándares de calidad en la enseñanza que brindaba el Cefop – Fe y Alegría 57. No importaba si terminabas tu secundaria, estudiabas y tenías grandes oportunidades de trabajo”, sostuvo.

Quien también se pronunció por este hecho fue el exalcalde de Gran Chimú, Joel Díaz Velásquez, quien comentó que hubo poca respuesta de las autoridades de la provincia para impedir que este centro de formación sea cerrado.

“Lamento el cierre del Cefop – Fe y Alegría 57 y la poca respuesta de las autoridades de la provincia para evitar que ello ocurra. No cabe duda que la dinámica económica que ahora vive Cascas es gracias a la tecnología, el conocimiento y el emprendedurismo que implantó el Cefop. Si no hay ideas claras para reactivar este centro de formación la meca de los vinos caerá”, retrucó.

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