El domingo 14 de julio marca el inicio oficial en Perú de la temporada de avistamiento de ballenas jorobadas, que se extenderá hasta octubre. Este fenómeno marino único puede ser disfrutado en el mar peruano, especialmente en la zona norte del país.
Según el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), el avistamiento de estas criaturas se ha convertido en una destacada atracción turística de naturaleza a nivel nacional. Las playas y balnearios de Piura y Tumbes son los principales puntos de observación para cientos de viajeros nacionales y extranjeros interesados en presenciar el paso de estos mamíferos marinos, que migran desde la Antártida hacia el polo norte.
La recién establecida Reserva Nacional Mar Tropical de Grau, ubicada entre Tumbes y Piura, se presenta como el destino ideal para quienes desean embarcarse en esta aventura. Los visitantes pueden disfrutar de las impresionantes acrobacias de las ballenas jorobadas en lugares como El Ñuro, Máncora, Cabo Blanco, Los Órganos y Punta Sal, donde estas actividades están relacionadas con rituales de apareamiento.
Este ciclo migratorio, que comienza en abril desde la Antártida hacia el norte ecuatorial, ofrece un espectáculo visible desde julio en las costas peruanas, principalmente en el norte del país. Durante este tiempo, los machos de la especie exhiben comportamientos distintivos como parte de su ciclo reproductivo, hasta que inician su viaje de retorno a la Antártida en octubre.
Además de la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau, otros lugares como la Reserva Nacional de Paracas, la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, y la Reserva Nacional San Fernando también permiten el avistamiento de ballenas jorobadas, contribuyendo así a su conservación y monitoreo en la costa peruana.
Las ballenas jorobadas, conocidas por el arco impresionante que forman con su columna vertebral al sumergirse, pueden alcanzar hasta 14 metros de largo en machos y hasta 16 metros en hembras, con un peso de alrededor de 30 toneladas y una longevidad de hasta 50 años. Durante la pesca, estas ballenas se agrupan y ofrecen un espectáculo submarino espectacular, acompañado de sonidos audibles a hasta 300 kilómetros de distancia.
MIGRACIÓN DESDE LA ANTÁRTIDA
Durante su migración, las ballenas jorobadas atraviesan zonas de alimentación estratégicas donde se reponen de energía para el largo viaje. Estos mamíferos marinos, conocidos por sus acrobáticas piruetas y sus melodiosos cantos, encuentran en las aguas del litoral peruano un ambiente propicio para el apareamiento y el cuidado de las crías. Este comportamiento migratorio no solo asegura la supervivencia de la especie, sino que también subraya la importancia de los ecosistemas marinos como refugio y área de reproducción para las ballenas jorobadas.