Él amó a Juliette, pero no fue el único que la amó. El día en que velaban a su joven y hermosa mujer, ese otro hombre, ese espectro, apareció sin el más absoluto pudor. Juliette y él –ese otro hombre llamado Bernard– se amaron en secreto. ¿Qué le duele más al desesperado narrador de esta historia? Tal vez ya no poder besarla y habitar una casa vacía sin su voz, sin su presencia asomando en lo cotidiano. Pero tal vez le duele más conocer al hombre al que ella amó de verdad. Tal vez le duela más coincidir con Bernard en la misma desesperación de buscar lejos de la realidad, dentro de un mundo que parece un sueño, un espacio alterado sin tiempo, con calles que se parecen a las de la vida de la que se quiere escapar, en la que ya no hay esperanza. Juliette aún vive quizá y Juliette aún los tortura. Eso es seguro. No a él, a ambos.
Travesías de Extramuros (Trotamundos Editores, 2025), del escritor trujillano Miguel Alexander López Cruz, es el relato nostálgico de un hombre desolado por la muerte de su amada Juliette. Ambientada en los 50, él y Bernard coinciden en la estación de un tren que los transporta a una dimensión onírica. En ese espacio, la fractura afectiva –a mi entender– se sufre menos, porque, en la realidad como tal, Juliette ya no volverá. Ahí sí existe una nueva posibilidad de verla. En ese espacio, el tiempo no cuadra y las noticias se borran de los diarios. La ciudad se parece y suena a la ciudad, pero no es la ciudad. Es un abandono. ¿Por qué tomar el tren sin destino una y otra vez y volver tantas veces tras los pasos de Juliette? Esa parece ser la única acción posible en la vida de dos descorazonados. Encontrarse, perseguirse, acecharse mutuamente es volverse a ver con una parte de Juliette.
Con una prosa angustiante, López Cruz transita del romance aniquilado por la muerte y la traición amorosa hacia una trama de misterio y sospechas. Cada paso del narrador (el esposo de Juliette) y de Bernard avanzan en un extraño y nebuloso viaje de persecución para entender el mundo de Juliette, las circunstancias de su muerte, porque ya no es confiable la versión oficial del infarto de miocardio. ¿Y si alguien se ha encargado de seguir desde el pasado para atormentarla y es capaz de alterar los archivos y las conciencias para ocultar sus propósitos? El también autor del poemario La calle de los cíclopes nos aproxima con ternura a ese “mundo alterado”, donde los deseos imposibles de los hombres de Juliette se sienten como una batalla perdida contra la resignación. El narrador lo expresa en estos términos: “El dolor se fue clavando en mí, punzada a punzada, con una expansión lenta. La evocación de su cuerpo –tan vívido, tan cercano– hizo aún más cruel la certeza de su ausencia. Recordarla era volver a palpar lo irremediable” (p. 38).
Las ideas expuestas hasta aquí sobre la trama, los simbolismos y el padecimiento de los personajes son buenas razones para leer Travesías de Extramuros, pero añadiría a ello una razón estética mayor: la propuesta literaria de López Cruz se atreve a trabajar en dos planos del lenguaje: el relato que se teje con una triste prosa envolvente y, cuando esta sucumbe, surge la voz de Bernard, el otro hombre de Juliette, quien hasta ese momento culminante apenas había sido un espectro mudo. Sin embargo, la voz de Bernard también se retuerce:
Alguien me acecha
No volteo a ver,
porque me gusta imaginar que eres tú;
que si la duda me obliga a voltear,
te pierdo.
La poesía de Bernard no se inserta en la narración como un texto dentro de uno totalizador. Lo que López Cruz consigue es crear un espejo de versiones contrapuestas sobre un mismo amor perdido y, en esa pretensión, el material poético acoge un sentido en función del relato, pero sin duda la narración también se reconfigura a partir de los sentidos poéticos finales.
¿CÓMO ADQUIRIR EL LIBRO?
Travesías de Extramuros se puede adquirir a través de Trotamundos Editores o al teléfono +51 952 438 353
El costo de libro es de S/25


