La calma habitual de la playa Las Capullanas, en el distrito de Lobitos (Piura), fue abruptamente interrumpida el pasado sábado al amanecer. Una marea negra de petróleo cubría sus aguas, proveniente de un derrame ocurrido en la Refinería Talara, operada por Petroperú. Según el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), el derrame ha afectado alrededor de 10 mil metros cuadrados del mar, aunque la cantidad exacta de hidrocarburo vertida sigue sin confirmarse.
La empresa estatal Petroperú, a través de un comunicado, informó que el incidente comenzó el viernes 20 de diciembre durante maniobras previas al embarque de hidrocarburos en el buque Polyaigos, desde un terminal submarino. «Se detectó la presencia de hidrocarburos mientras se realizaba el desplazamiento en la línea submarina. La situación fue controlada de inmediato y, como medida preventiva, se suspendieron todas las operaciones para inspeccionar la zona cercana al terminal», declaró la empresa.
Sin embargo, las consecuencias del derrame se extendieron más allá de Las Capullanas. La Municipalidad Distrital de Lobitos reportó que otras tres playas también resultaron afectadas: Lanchón, Palizada y La Bola. Fotografías y videos compartidos en redes sociales por pescadores y residentes locales mostraban crudo cubriendo agua, arena y rocas, además de fauna marina como tortugas, cangrejos y peces, visiblemente impactada por el contaminante.
La biodiversidad local ha sufrido graves daños, según confirmó la municipalidad a través de sus redes sociales. «Este incidente está dañando nuestra biodiversidad, dejando tortugas, cangrejos, pulpos y otras especies cubiertas de crudo, así como también la mayoría de rocas donde crece el percebe, una especie marina que abunda en nuestro distrito», manifestaron.
El director de Supervisión Ambiental en Energía y Minas de OEFA, Alex Uriarte Ortiz, indicó que la inspección realizada hasta el cierre del sábado estimó un área afectada de 10 mil metros cuadrados. «Es sedimento, agua, roca y fauna afectada», precisó, desmintiendo la estimación inicial de Petroperú, que hablaba de solo 100 metros cuadrados comprometidos.
El derrame ocurre en un contexto alarmante para el Perú, un país que ha registrado más de 1,462 emergencias ambientales por derrames de petróleo en los últimos 26 años, según el informe «Las sombras de los hidrocarburos» elaborado por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH). La región de Piura se ubica entre las más afectadas, con 566 incidentes acumulados hasta 2023.
Las acciones inmediatas incluyen la supervisión ambiental conjunta entre OEFA y la Capitanía de Puerto de Talara. Estas instituciones han iniciado la recolección de muestras de agua superficial y sedimentos para determinar el impacto del desastre y atribuir responsabilidades. Mientras tanto, el paisaje costero y la biodiversidad de Lobitos enfrentan un duro reto para su recuperación, sumándose a la larga lista de tragedias ambientales que golpean al litoral peruano.