Murió Francisco, el papa que desafió a la Iglesia desde adentro

Con la muerte del papa Francisco, el mundo no solo pierde al primer pontífice latinoamericano de la historia, sino a una de las voces morales más influyentes del siglo XXI. Jorge Mario Bergoglio, nacido en Buenos Aires en 1936, asumió el papado en 2013 tras la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI. Desde entonces, transformó el rostro del Vaticano y agitó las aguas de una Iglesia que parecía estancada en sus propias estructuras.

Un papa de símbolos y reformas

Eligió llamarse Francisco en honor a San Francisco de Asís, patrón de los pobres y la ecología. Su primer discurso desde el balcón de San Pedro fue distinto: en lugar de bendecir a los fieles de inmediato, pidió que rezaran por él. Con ese gesto, anunció un estilo pastoral más cercano y horizontal.

Reformó la Curia Romana —el órgano administrativo del Vaticano— y trató de combatir la corrupción interna. Dio pasos para transparentar las finanzas de la Santa Sede y creó mecanismos más claros para sancionar los abusos sexuales cometidos por miembros del clero, aunque estos esfuerzos enfrentaron resistencias internas y críticas por su lentitud (The New York Times, 2018).

Su encíclica Laudato Si’ (2015) marcó un hito al convertirse en uno de los documentos papales más enfáticos en defender el medioambiente. «La Tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería», escribió.

También escribió: «Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales. Por nuestra causa, miles de especies ya no darán gloria a Dios con su existencia ni podrán comunicarnos su propio mensaje. No tenemos derecho”.

¿Quién soy yo para juzgar?

La frase que pronunció en 2013, al ser consultado sobre los homosexuales en la Iglesia, se volvió símbolo de su apertura: “Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?” (Reuters, 2013). No cambió la doctrina, pero sí el tono. Defendió una Iglesia que escuche antes de condenar, que abrace antes de excluir.

Su acercamiento a las periferias del mundo fue literal: visitó campos de refugiados en Lesbos, recorrió África subsahariana, viajó a Myanmar en medio de la crisis rohingya y fue el primer papa en pisar suelo iraquí en 2021. En cada destino, dejó un mensaje de esperanza y reconciliación.

Francisco en Perú: «No se dejen robar la esperanza»

En enero de 2018, el papa Francisco visitó Perú en una gira que también incluyó Chile. Recorrió Lima, Puerto Maldonado y Trujillo. En esta última ciudad, golpeada por El Niño Costero, dijo: “La esperanza tiene rostro del pueblo que lucha. No se dejen robar la esperanza” (El Comercio, 20/01/2018).

En Puerto Maldonado, se reunió con pueblos indígenas de la Amazonía y denunció los estragos de la minería ilegal y el abandono estatal: “Probablemente los pueblos originarios amazónicos nunca estuvieron tan amenazados en sus territorios como lo están ahora” (Vatican News, 19/01/2018). Fue la primera vez que un papa ponía el foco global sobre la Amazonía de manera tan directa, un acto que luego se consolidaría en el Sínodo Panamazónico de 2019.

Un legado que desborda el Vaticano

Francisco no fue un revolucionario en términos dogmáticos, pero sí en el terreno de lo simbólico y pastoral. Despertó admiración entre líderes progresistas, ambientalistas y defensores de derechos humanos, pero también críticas desde sectores conservadores que lo acusaron de ambigüedad doctrinal.

En palabras del teólogo brasileño Leonardo Boff, Francisco representó un regreso al Evangelio de Jesús, antes que a los códigos del derecho canónico. Su visión de una “Iglesia en salida”, más comprometida con el dolor de los pueblos que con las rigideces del poder, marcó un giro histórico.

La muerte de Francisco

El papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio, falleció el lunes 21 de abril de 2025 a los 88 años en la residencia Casa Santa Marta del Vaticano. La noticia fue confirmada oficialmente por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Iglesia, quien anunció su muerte a las 9:45 a.m.

El pontífice argentino, primer latinoamericano y primer jesuita en liderar la Iglesia Católica, asumió su papado el 13 de marzo de 2013 tras la renuncia de Benedicto XVI. Durante su pontificado de más de 12 años, se destacó por su enfoque pastoral centrado en los pobres y marginados, así como por una serie de reformas que generaron tanto admiración como polémica dentro de la Iglesia.

Francisco será recordado por su compromiso con los desfavorecidos, la lucha contra el cambio climático y el fomento del diálogo interreligioso y la inclusión de las mujeres en la Iglesia. Su liderazgo marcó una etapa significativa en la historia de la Iglesia Católica.

Tras su deceso, el cardenal Farrell asumirá la administración temporal del Vaticano hasta que se celebre el cónclave para elegir al nuevo pontífice. ​En Argentina, su país natal, se han decretado siete días de luto nacional en honor al fallecido pontífice.