Mario Reyna, el alcalde de la cumbia [Opinión]

En los últimos días ha generado polémica que el alcalde de Trujillo, Mario Reyna, defienda apasionadamente la organización de un concierto de cumbia en la plaza de armas de esta ciudad, un espacio que para él a veces es intocable y otras veces no tanto.

A principios de este año, el alcalde y su equipo se opusieron de manera tajante y de todas las formas a que la Feria Internacional del Libro de La Libertad se desarrolle en la Plaza de Armas de Trujillo. Pusieron mil argumentos. Que el tráfico, que la feria no era una actividad cultural sino comercial, que la plaza es Patrimonio Cultural de la Nación, que la feria no estaba inscrita en su calendario, etc. Finalmente, el alcalde y sus funcionarios le tiraron la pelota a los regidores y no permitieron que la única feria de libro de calidad que hoy conserva Trujillo se realice en la plaza mayor, como había ocurrido en sus dos primeras ediciones. 

Pero cuando se trata de un concierto de cumbia, la cosa cambia.  El alcalde canta, pide que no se discrimine a la cumbia, muestra videos de Lima como ejemplo, afirma que no hay ley que lo prohíba, no habla del tráfico, la memoria le falla y se olvida de que la plaza es patrimonio cultural de la nación, y hasta minimiza el argumento de que Trujillo se encuentra en Estado de Emergencia. Todo para defender un concierto por el que se gastará dinero de los trujillanos y en el que, seguramente, como ya hizo antes, aprovechará para subir al escenario y mostrar sus dotes de bailarín. 

Pero la Prefectura de Trujillo le negó las garantías en la plaza mayor, por el estado de emergencia y los crímenes que nos siguen desangrando. En un video, en el que se le ve visiblemente incómodo, Mario Reyna aceptó la decisión a regañadientes y aprovechó para insistir en su argumento: no discriminen a la cumbia. ¿Y a los libros sí? ¿Será que el alcalde Mario Reyna piensa que una feria del libro es más peligrosa que un concierto de cumbia? 

Hay que tener en cuenta dos datos más que ponen en evidencia el incoherente discurso del alcalde. Este año, su gestión prohibió que los bares y discotecas de Trujillo atiendan después de la 1 am, justamente para evitar más crímenes. Pero cuando se trata de su concierto, parece que la seguridad le importa menos. ¿Se habrá olvidado del ataque a balazos contra Agua Marina en Lima o contra el bus Armonía 10, donde murió uno de sus integrantes? ¿Se habrá olvidado que  a estas orquestas las siguen extorsionando? ¿Se habrá olvidado de que Trujillo es cuna de las extorsiones?

El segundo dato es sobre el uso político de la plaza de armas. El gobernador regional César Acuña Peralta lo hizo todo el año. Tomó la plaza repetidas veces para presentar sus ambulancias, sus patrulleros y sus drones, en vez de enviarlos directamente a las comisarías y hospitales. Al alcalde no se le movió ni un pelo, no lo vimos pelearse con nadie, no sacó las garras contra Acuña, el dueño del partido con el que pretender ir a la reelección. 

Un alcalde serio y responsable no puede defender con tanta pasión el uso de la plaza de armas para un concierto de cumbia o hacerse de la vista gorda cuando su líder la usa para hacer política, y a la vez negársela a la feria del libro más importante de la ciudad, a la que dicho sea de paso ni se asomó. Los libros y la cumbia son expresiones culturales que debemos valorar, y por supuesto ninguna vale más que otra. El alcalde tiene toda la razón en esto. No se puede discriminar a la cumbia, tampoco a los libros, señor alcalde.