La violencia vinculada a bandas criminales sigue desbordando la tranquilidad en Trujillo. En las últimas horas, un video difundido por redes sociales ha encendido las alarmas entre los transportistas de la provincia. En las imágenes, siete presuntos integrantes de una organización delictiva que se hace llamar “Los Talibanes” aparecen fuertemente armados, lanzando graves advertencias contra un grupo rival y contra choferes que pagan extorsiones.
Los individuos, vestidos con overoles blancos y encapuchados, portaban armamento de alto calibre, como fusiles, pistolas y una mini uzi. Frente a ellos, se observa un teléfono móvil con la imagen del DNI de quien señalan como su enemigo: el presunto cabecilla de la organización “La Nueva Jauría”, conocido bajo el alias de “Jhon Jairo”.
Extorsiones
Durante el video, “Los Talibanes” acusan a “Jhon Jairo” de haber orquestado ataques recientes, como la quema de vehículos y homicidios de colectiveros. Asimismo, lanzan un ultimátum para que cese la extorsión a determinadas empresas de transporte, advirtiendo que si no se cumple su exigencia, atentarán contra zonas específicas del distrito de Alto Trujillo.
“Este mensaje es para ti, ‘Jhon Jairo’. Suelta a las empresas Gran Chimú y Los Pinos, de lo contrario atacaremos La Caleta del Carbón, en el Barrio 4”, se escucha decir a uno de los encapuchados.
La grabación también incluye amenazas directas a transportistas que entregan dinero a “La Nueva Jauría”. Advierten que destruirán sus unidades y que asesinarán a sus dirigentes si continúan realizando pagos.
Este nuevo episodio se suma a una serie de intimidaciones registradas en las últimas semanas. El pasado 15 de junio, otro grupo criminal, identificado como “La banda de Edgar”, también difundió amenazas similares contra los colectiveros que ceden ante las extorsiones.
La situación ha generado un clima de miedo en los corredores de transporte informal. En el último mes, tres conductores fueron asesinados en el distrito de El Porvenir, lo que ha llevado a varios choferes a suspender sus labores por temor a represalias.
La Policía Nacional ha intensificado sus operaciones en la zona, aunque los constantes enfrentamientos entre bandas evidencian que el control territorial por el cobro de cupos sigue siendo una fuente de violencia que afecta a decenas de familias trujillanas.