La madrugada del domingo 13 de abril, el suboficial de tercera de la Policía Nacional del Perú (PNP), Alfred Acevedo Cotrina, fue asesinado durante un enfrentamiento armado mientras participaba en un operativo en Vijus, provincia de Pataz, región La Libertad. Este trágico hecho ha generado indignación y preocupación entre la ciudadanía y las autoridades.
Contexto del ataque
El operativo policial se activó tras recibir reportes de disparos en el sector El Puerto, específicamente en una cancha de fulbito de gras sintético conocida como Natividad. En el lugar, los agentes encontraron a dos personas heridas por impactos de bala: Eder Guime Vera Serin, quien falleció poco después, y un adolescente de 16 años que permanece hospitalizado.

Durante la búsqueda del responsable, los policías avistaron a un individuo intentando cruzar un río. Al notar la presencia policial, este abrió fuego contra los agentes, hiriendo gravemente al suboficial Acevedo Cotrina. Pese a la agresión, el equipo logró reducir al atacante, quien portaba una pistola calibre 9 mm.
El detenido fue identificado como Holiber Waldir Polo Vásquez, señalado como el principal sospechoso del asesinato de Eder Guime Vera Serin y del ataque al menor. Ahora enfrenta cargos por homicidio agravado contra un civil y un agente policial.
Reacciones y consecuencias
La muerte del suboficial Acevedo Cotrina ha sido profundamente lamentada por sus colegas y ciudadanos. A través de redes sociales, la Policía Nacional expresó su pesar con un mensaje en honor al agente caído: «Honor y Gloria a nuestros héroes y mártires».

Este caso evidencia nuevamente la grave crisis de seguridad que enfrenta Pataz, una provincia que lleva más de un año bajo estado de emergencia debido al incremento de actividades criminales vinculadas a la minería ilegal. Las disputas entre organizaciones criminales por el control de esta actividad ilícita han convertido la región en un foco constante de violencia.
Un llamado urgente
La situación en Pataz refleja el deterioro del orden público en zonas afectadas por la minería ilegal. Este caso se suma a una serie de ataques recientes contra civiles, agentes policiales y empresas mineras formales que operan en la región. Autoridades locales y nacionales han sido instadas a intensificar las medidas para combatir estas mafias y garantizar la seguridad tanto para los ciudadanos como para quienes trabajan en actividades legales.
El sacrificio del suboficial Alfred Acevedo Cotrina es un recordatorio doloroso del riesgo que enfrentan los agentes policiales en su lucha diaria contra el crimen organizado.