Un tribunal penal de la ciudad de Juliaca, en Puno, sentenció a 35 años de cárcel efectiva al exsuboficial de la Policía Nacional del Perú (PNP) Erusbel Apaza Uturunco, acusado de participar en el asesinato del agente José Luis Soncco Quispe, ocurrido durante las manifestaciones del 9 de enero de 2023.
La decisión fue adoptada por unanimidad por el Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial Permanente de Juliaca, luego de evaluar las pruebas que lo responsabilizan como parte del grupo que atacó violentamente a una patrulla policial. En el ataque, el agente Soncco perdió la vida y su cuerpo fue hallado calcinado dentro del vehículo.
De acuerdo con la investigación, Apaza —alias ‘Chato’ y separado previamente de la PNP por conducta indebida— fue detenido semanas después en posesión de dinero en efectivo, municiones, armas y otros objetos vinculados al crimen.
Crimen en protestas
El mismo hecho dejó gravemente herido al suboficial Ronal Villasante, quien logró escapar con vida y dio su testimonio a las autoridades. Aquella jornada también marcó uno de los días más sangrientos de las protestas en la región: 17 manifestantes fallecieron en enfrentamientos con las fuerzas del orden.
El tribunal también dispuso el pago de una reparación civil a favor de los familiares del suboficial asesinado, quien tenía 29 años, era natural de Yanaoca (Cusco) y el mayor de siete hermanos.
El informe forense reveló que José Luis Soncco sufrió un traumatismo craneoencefálico severo antes de ser incinerado. Las pericias descartaron que haya hecho uso de su arma de fuego, lo que refuerza la versión de su familia, que asegura que no respondió a la agresión.
Durante su sepelio, realizado en su localidad natal y acompañado de música tradicional, su familia, amigos y vecinos expresaron su dolor y denunciaron el abandono estatal tras su muerte. A pesar de haber sido declarado mártir por el gobierno, ningún alto funcionario volvió a comunicarse con sus allegados, según reportes de prensa.