Hace más de 3000 años, en las alturas del distrito de Salpo, ubicado en la provincia de Otuzco, región La Libertad, se desarrolló una poderosa cultura que dominó la piedra y los andes para construir una gran ciudad con muros tan altos que parecen acariciar el cielo.
Los salpinos, gentilicio de los nacidos en Salpo, lo conocen como el Complejo Arqueológico el Gran Shamana, pero nadie sabe con precisión por qué lo llaman así o de dónde se originó el nombre, solo coinciden que el nombre es tan antiguo como los muros de roca que se extienden por alrededor de 5 kilómetros.
Está ubicado a 3 horas desde Trujillo, en camioneta, y alrededor de los 3,800 metros sobre el nivel del mar. A esa altura es fácil perder el aliento, no solo por el poco oxígeno que llega a los pulmones, sino también por la majestuosidad del sitio y los paisajes que contrasta muy bien con el aire puro y el cielo con tonos azules y celestes.
Para alcanzar los primeros muros hay que caminar aproximadamente medio kilómetro cuesta arriba, por un sendero de piedra y concreto que los comuneros de la zona han construido en su intento por mejorar el ingreso, pero que a su vez significa la primera afectación a este sitio que fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en el 2006.
En la parte más alta, dos grandes rocas forman un estrecho por donde puede pasar una sola persona, no se sabe si siempre estuvo allí o fue hecho por los antiguos pobladores de esa ciudad a fin de controlar el ingreso al sitio.
El poco estado de conservación del sitio limita el avance, y hace repensar el lugar donde poner el siguiente paso. Algunas rocas lucen cubiertas con vegetación y otras están algo movidas, por lo que una caída a esa altura puede ser peligroso y fatal para cualquiera.
En esta travesía nos acompaña el arqueólogo Jesús Briceño, subdirector de la Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad, cuya presencia obedece principalmente para atender el pedido de las autoridades locales y regiones que buscan que el sitio sea puesto en valor para evitar que se siga afectando.
“El complejo arqueológico el Gran Shamana testimonia el largo desarrollo cultural, que por lo menos, de acuerdo a información que tenemos, este sector sobre pasa los 1000 años antes de Cristo. Cuando miramos el sitio, hablamos de un lugar que fácilmente tiene más 2000 años de historia cultural, historia de ocupación humana que no debemos perder de vista, que incluyendo la actual población local forman parte de ese desarrollo cultural”, declaró a la Agencia Andina.
El arqueólogo afirma que Shamana cuenta con una poligonal establecida en el que se identifican hasta cinco sectores, y en la mayoría son sitios donde sobre sale una arquitectura hecha en piedra y se aprovecha todas las características de las formaciones rocosas, por eso la arquitectura está relacionado con la topografía del lugar.
Esta delimitación inicial permitió que se declarase en Patrimonio Cultural de la Nación en un intento por su preservación.
No obstante, la población local, en su búsqueda por extender sus áreas agrícolas y ganaderas está destruyendo el sitio, incluso han edificado modernas infraestructuras dentro del área intangible.
Además, hace falta hacer una investigación para responder a qué cultura pertenece, cuántos grupos humanos ocuparon estos espacios a lo largo de los años, qué provocó el abandono del sitio, su cosmovisión, forma de vida, dietas y pasatiempos.
ASPECTO NATURAL
Briceño destaca que este sitio tiene un potente recurso turístico, pero pide no dejar de mirar el aspecto natural, todas especies vegetales que han convivido muchos siglos con estos grandes muros de roca y que ahora forman parte de un todo.
“Aquí no se trata solamente de descubrir el muro, pues al descubrir eso, no estamos teniendo en cuenta el valor de las especies naturales que muchas de ellas aún no son conocidas de la ciencia. Por eso estamos trabajando con los especialistas botánicos, para proteger y establecer una política de que el patrimonio cultura no esté separado del patrimonio natural”, argumentó.
Desde la cima de las construcciones pétreas se observa el valle Santa Catalina y por las noches la imagen silueteada de la ciudad de Trujillo, de ahí el calificativo de Salpo, balcón del Cielo.
AFECTACIONES
Briceño estuvo acompañado por una abogada y un arqueólogo de la Unidad Funcional de Defensa de Patrimonio Cultural de la DDC La Libertad, quienes serán los encargados de emitir un informe sobre las áreas afectadas y las implicancias legales.
La abogada Lady Dávila Benites adelantó que sí se ha evidenciado afectación al sitio por la extensión de las áreas agrícolas, ganaderas, pero también porque se han removido muros de Shamana para construir pilcas, palabra que deriva del vocablo quechua Pilqa, que se usa para denominar a un muro de baja altura que es construido con piedra sin labrar.
Asimismo, señaló que en los surcos de las zonas agrícolas se han encontrado fragmentos de cerámica, que confirma que el sitio esta en una constante amenaza por el avance urbano.
Aunque parezca evidente, pero lo cierto es que la técnica constructiva que usaron aquellos antiguos peruanos sirvió para que los muros resistan a los fenómenos atmosféricos, pero no hay forma para protegerlos de la depredación humana.
MESA DE TRABAJO
Somos cerca de 30 personas visitando este sitio, en su mayoría son funcionarios y autoridades locales y regionales. No todos han tenido los pulmones para recorrer todo el lugar, pero ha sido suficiente para motivarlos a sumar esfuerzos para proteger este sitio y abrir a Salpo al turismo.
El alcalde de Salpo, Sigifredo Rojas Guevara, declaró que existe un gran interés de su gestión para lograr el mantenimiento y la preservación del complejo arqueológico el Gran Shamana, y para lograrlo ha propuesto establecer una mesa de trabajo.
Rojas Guevara mencionó que, con la ayuda de la Dirección Desconcentrada de Cultura, los consejeros regionales de Otuzco y Ascope, que han mostrado interés en este sitio, se puedan conseguir recursos para darle mantenimiento.
Precisó que los 400 mil soles de presupuesto con el que cuenta la comuna no es suficiente para realizar estos trabajos en un lugar tan importante y tan majestuoso.
Al final del recorrido, las autoridades se reunión en la comuna de Salpo y decidieron conformar la mesa de trabajo, que será liderada por la consejera de Otuzco, Irma Ávalos, comprometida a impulsar una ordenanza regional que permita preservar el sitio; mientras que la Secretaría Técnica estará a cargo del municipio distrital.
También lo integran la Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad, cuyos funcionarios se comprometieron a ayudar en el saneamiento del sitio; la subgerencia de Turismo del gobierno regional de La Libertad, la Subprefectura de Salpo, el consejero por Ascope, Samuel Leiva, entre otros.
Todos han prometido volver al lugar el viernes 13 de octubre, y aunque no faltaron aquellos en sugerir pasar la reunión para otro día con menos fama de mala suerte, lo cierto es que, para esta primera reunión formal, los participantes deberán traer propuestas para lograr una gestión para lograr la protección, preservación y puesta en valor del complejo arqueológico el Gran Shamana, un reto que espera estar a la altura de este patrimonio cultural.