Se reportaron 61 mil turistas en 2023 y 80 mil en 2024, lo que demuestra una tendencia de crecimiento en estas fechas.

El turismo en La Libertad se alista para Semana Santa entre expectativas oficiales y desconfianza empresarial

En La Libertad, la cuenta regresiva hacia Semana Santa ya empezó. Con ella, también se reactivan las esperanzas —y las tensiones— de un sector turístico que intenta consolidarse pese a las dificultades. Desde la Gerencia Regional de Comercio Exterior, Turismo y Artesanía, se mira al futuro inmediato con optimismo: se proyecta una afluencia de más de 80 mil visitantes durante el feriado largo, superando los 80 mil alcanzados en 2024.

Angélica Villanueva, responsable de esa oficina, asegura que el crecimiento del turismo interno es evidente. “En 2023 fueron alrededor de 61 mil visitantes, y el año pasado ya bordeamos los 80 mil. Este año creemos que esa cifra quedará atrás”, comenta confiada.

Para ello, asegura que se han preparado durante meses. “Hemos trabajado en capacitaciones y asistencia técnica para los prestadores de servicios turísticos, especialmente en zonas como Cascas, donde ya se notan mejoras en la atención al visitante”, señala.

El calendario de actividades religiosas también está listo. Desde el Domingo de Ramos, el 13 de abril, hasta el punto culminante del Viernes Santo, el 18, Otuzco y Santiago de Chuco serán epicentro del fervor andino con la tradicional escenificación del vía crucis en vivo.

No todo es color de rosa

Pero no todo es entusiasmo. En el lado empresarial, el panorama se observa con otros ojos. Saúl Monosalva, gerente de la agencia Perú Together Travel, se muestra crítico frente a la falta de compromiso de las autoridades. “Es evidente que no hay un protocolo ni un plan claro para garantizar la seguridad de los turistas. Eso no ha cambiado”, lamenta.

Aun así, admite que el turismo interno se mantiene en movimiento. “En marzo, que usualmente es un mes flojo, tuvimos un crecimiento del 45% comparado con el año anterior. Es como si el turista ya asumiera que, esté donde esté, la inseguridad es parte del paquete”, comenta, con resignación.

Frente a esa realidad, su estrategia ha sido innovar. “Hoy tenemos 41 rutas cortas dentro de La Libertad. Eso amplía la estadía de los visitantes, mejora la experiencia y dinamiza el sector”, explica Monosalva, convencido de que el empuje debe venir, al menos por ahora, del lado privado.

Semana Santa se avecina como un termómetro de lo que puede lograr el turismo regional cuando hay fe… y también, cuando falta voluntad política.