El Congreso de la República aprobó con 122 votos a favor la vacancia presidencial de Dina Boluarte, tras debatir cuatro mociones que pedían su destitución. La decisión marcó un nuevo punto de quiebre en la política peruana, al dejar vacante el cargo y colocar en la línea de sucesión al entonces presidente del Parlamento, José Jerí Oré, quien asumió la jefatura del Estado ante la ausencia de vicepresidentes.
Pero la llegada de Jerí al Ejecutivo no está exenta de polémica. Su historial incluye acusaciones por abuso sexual, desobediencia a la autoridad y presuntos actos de corrupción, lo que ha generado preocupación entre distintos sectores sobre su idoneidad para ocupar el máximo cargo del país.
Un pasado judicial que no pasa desapercibido
En enero de 2025 se conoció una denuncia por violación sexual contra Jerí. La víctima relató que, durante una reunión social en Canta, perdió el conocimiento tras consumir alcohol y despertó con signos de haber sido agredida sexualmente, hallando una prenda del congresista cerca de ella. La descripción física que ofreció coincidía con la del entonces parlamentario.
El caso también involucró al empresario Marco Antonio Cardoza Hurtado, tío político de Jerí. Aunque el fiscal supremo Tomás Gálvez archivó la investigación contra el congresista por falta de pruebas, el proceso contra Cardoza sigue abierto. La decisión del Ministerio Público provocó críticas y suspicacias en la opinión pública.
Además, Jerí enfrenta una investigación por desobediencia a la autoridad, luego de que el Juzgado Civil de Canta ordenara que recibiera tratamiento psicológico por “impulsividad y conducta sexual patológica”. El parlamentario no cumplió con la disposición, lo que derivó en un proceso penal para determinar si ignoró deliberadamente la orden judicial.
Denuncias por corrupción y un Congreso bajo presión
A estos antecedentes se suma una denuncia por presunta corrupción cuando Jerí presidía la Comisión de Presupuesto del Congreso. La empresaria Blanca Ríos aseguró que se pagó un soborno de S/150.000 a operadores cercanos al entonces congresista para que un proyecto en Cajamarca fuera incluido en el presupuesto del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Según el medio Panorama, existirían audios y mensajes que comprometerían al entorno de Jerí. Tras la difusión del reportaje, el ahora presidente interino separó de su cargo al asesor Nahum Hidalgo y dijo estar dispuesto a colaborar con las investigaciones.
“El congresista Jerí dijo que sí, que no nos preocupáramos, que en el presupuesto va a salir”, declaró Ríos.
Un país entre la incertidumbre y la desconfianza
El ascenso de José Jerí a la presidencia ocurre en un momento de alta fragmentación política y desconfianza ciudadana hacia las instituciones. Aunque la Constitución —en su artículo 115— establece que el presidente del Congreso asume el cargo de manera interina ante la vacancia y ausencia de vicepresidentes, la situación actual abre un nuevo debate sobre la legitimidad moral y política de quienes ocupan el poder.
Con los reflectores puestos sobre sus antecedentes judiciales y su gestión parlamentaria, Jerí inicia su mandato interino bajo una nube de escepticismo, presión mediática y exigencias de transparencia.