Thalia Valdivia Magariño juegos olímpicos

¿A qué nos compromete el ejemplo de la maratonista Thalía Valdivia en los juegos olímpicos?

Los 40 segundos finales de la huanuqueña Thalia Valdivia Magariño en la maratón femenina, transmitidos en buena parte del mundo, nos permiten preguntarnos ¿qué pasaría si el Estado, las universidades y las empresas apoyaran más a las personas que, como Thalía, actúan con disciplina, disposición y talentos para obtener logros deportivos, como ocurre en la mayoría de países de América, Asia, África, Europa y Oceanía?

Pues no hay duda de que en Perú también hay talento deportivo: la participación de 26 deportistas y los desempeños destacados de varios y varias de ellos y ellas, lo evidencian. Tampoco hay duda de que los demás países con participantes olímpicos, sí los apoyan sistemáticamente y con creces, sin distinción de cultura o posición económica o geopolítica. Esto ocurre con las verdaderas potencias mundiales, Estados Unidos y China, que terminaron los juegos olímpicos empatados en el oro con 40 medallas de ese tipo cada uno –aunque el primero mantuvo su primer lugar en el medallero gracias a tener más medallas de plata y de bronce y a una victoria en la última competencia–. También los países de Europa invierten muchos recursos en sus deportistas, en todas las disciplinas donde ellos y ellas puedan obtener medallas.

En Asia, además de la mencionada China y Japón (que ocupó el tercer puesto) y el gigante tecnológico Corea del Sur (puesto 8), muchos otros países invierten en sus deportistas, incluso sobrellevando bloqueos y sanciones como Irán – que ha quedado en un notable puesto 21 –y hasta Corea del Norte (puesto 68). Incluso en África, cuyos países recién son independientes desde mediados del siglo pasado, las ubicaciones ocupadas por sus deportistas superan las de Perú: Kenia obtuvo 4 medallas de oro, de entre 11 en total, ocupando el puesto 17º en la clasificación general. Argelia ocupó el puesto 39 con 2 medallas de oro y 1 de bronce, mientras que Sudáfrica, Etiopía, Botswana, Egipto, Túnez y Marruecos, obtuvieron 1 medalla de oro y otras de plata o bronce. En otro continente, Oceanía, sus 4 países – Australia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea e islas Fiji –también obtuvieron mejores resultados que Perú–.

Entre nuestros vecinos, en Iberoamérica, Perú fue superado por 15 países, incluso Ecuador y Cuba, que a pesar de las sanciones de Estados Unidos que, en la práctica es un bloqueo, ocupó el puesto 32 incluyendo al único deportista del planeta con 5 medallas de oro consecutivas. Solo Brasil estuvo adelante, con el puesto 20. Sobre Cuba cabe indicar que al menos 6 participantes cubanos obtuvieron medallas con otros países, siendo emblemático de esta situación que en triple salto el oro, plata y bronce hayan quedado colgadas de atletas nacidos en dicho país, aunque representando a otros 3.

En suma, además de la constancia en la disciplina, para que deportistas como Thalía Magariño, Gladys Tejeda, Luz Mery Rojas (maratón), Evelyn Inga (marcha atlética), Nicolás Pacheco (tiro), Alonso Correa (surf), María Belén Bazo (vela), Kimberly García y César Rodríguez (relevos mixtos de marcha), puedan avanzar en sus logros, se necesita interés del Estado, empresas privadas e instituciones de educación superior. Dadas las prioridades del actual gobierno, a quiénes nos emocionamos con las luchas y logros de quienes lo dan todo en el campo de juego, nos corresponde asegurar que el reemplazo del actual régimen, en el poder Ejecutivo, el Congreso y los órganos que este ha capturado, venga con un sentido patriótico de la presencia de las personas que representen a nuestro país en todo tipo de contiendas internacionales.

¿Estamos dispuestos a que la admiración por nuestros atletas impulse acciones concretas que transformen el deporte peruano y eleven su nivel competitivo en la escena mundial?

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